‘’¿Cómo inició todo? El génesis de esta historia va más allá del típico día común y corriente, que si bien se camuflajea.

Francamente, por lo general, odio el clima muy elevado, indiferentemente de que haga mucho frío o mucho calor, aquel entonces parecía otro día donde oír quejidos de las personas sulfuradas por el sol era cotidiano. No los culpo, haría lo mismo de no ser que radica en mi una leve diferencia. No soy de quejas y mucho menos por cosas que debo reconocer; son nimiedades.

Mi servicio iniciaba dentro de las instalaciones, un importante laboratorio al que fui asignado, lo veía como recompensa de una vida nada sencilla. Cumplir caprichos ajenos fue un destino cruel, pero eso no viene al cuento, ¿cierto? Irónicamente, jamás esperé que algo así se diera en un día donde no hubo expectativas de ningún tipo —al menos no de mi parte—, solo quería que pasara y, pasó.’’

Qué distantes se ven esos días, donde la humanidad no estaba limitada a esos grandes muros, ¿no? ¿y quién lo diría? El ser humano se encerrará por mera supervivencia a algo que se les fue de las manos. ¿Pero había diferencias? Esa actualidad se destacaba por el régimen autoritario que subió al poder desde hace tantos años, sometiendo a un pueblo que fue perdiendo la voz hasta progresivamente cayendo en el silencio. La sumisión resultó absoluta, he ahí cuando todos fueron cayendo en cuenta que, no estaban preparados para lo que se avecinaba.

Pero el silencio no fue en balde, estamos en una era que ya supera todo aquello que se apreciaba de la ficción: la tecnología avanzó considerablemente, los autómatas eran algo del día a día, a pesar que existe la segregación en estos, mientras tanto la esperanza de vida alentaba, se descubrieron curas para enfermedades letales, la economía estaba en su mejor momento. Pues, se encargaron en erradicar todas las familias de escasos recursos para solo permitirle la vida a las que aportaron por ese nuevo paraíso, se puede hasta afirmar que cualquiera cedería todos sus derechos con una fachada de tal magnitud, pues la bienvenida al nuevo mundo no era más que un sueño idealista, una apariencia que se esmeraba en ocultar una dictadura muy bien acomodada bajo el disfraz de una democracia bastante bien promocionada, y vaya que lo fueron, nunca antes la minoría había hecho tanto, pero cuando el dinero se pone en mesa, los cambios suceden sin esperar a nadie, el más pobre no soportaría el porvenir.

El hombre había conquistado al mundo, o al menos ese fue el pensamiento egocéntrico, que prontamente se vería ridiculizado por lo que vendría, ¿o es que acaso jamás se pusieron a pensar que más allá de ese planeta podría existir otro tipo de vida? Su tecnología avanzó a pasos agigantados, pero lejos de incentivar el estudio a otros planetas, lo suyo fue una ambición tan descabellada a tal punto de convertirse en una obsesión. ¿Qué hombre no le hubiese gustado tener a su pueblo controlado? Todo, absolutamente todo se estaba enfocando en eso, en cómo tenerlo vigilados, en como evitar cualquier complot que amenazaba con acabar con ese reinado que exigió tanto sacrificio de por medio, tantas jugarretas de una duda ética, pues quien aspirase a la cima debía hacerlo todo sin importar nada.




El fin justifica los medios, ¿no? entonces…¿La tierra estaba preparada para lo que se vino?, adivinen, hubo visitantes y no fueron nada, para nada amigables.

El calor del sol resultó minúsculo a comparación del fuego que iba consumiendo algunas edificaciones, en el cielo casi no se podían apreciar ninguna nube, parecía como si cada una de esas naves desconocidas se colocarán estratégicamente para ocultarlas, el cielo teñido de verdugos que no hacían más que destruir todo a su paso a medida que iban descendiendo. Era increíble, algunos simplementes aceptaban su final, abrir los ojos tras años de sumisión no parecía un final idóneo, ¿verdad?

Pero no se iban a quedar con los brazos cruzados, no cuando les costó tanto tener al pueblo comiendo de su mano, la tierra empezó a defenderse y se llevó a cabo la mayor contienda de todos los tiempos, donde naturalmente los invasores iban ganando ventaja, todo indicaba que ya venían preparados, como si ya tuvieran bien estudiado los habitantes, pensar que no era la primera vez que los ‘’visitaban’’ no sonaba del todo descabellado, pero por otro lado era la oportunidad idónea para demostrar todo el poderío de una dictadura, por primera vez se usaron armas que llevaban años y años fabricándose, quizás por eso pudieron hacerle frente a una raza que venía de más allá de la compresión humana y que por lo que se veía, no venía con la intención de mostrar clemencia.

Al parecer el hombre no era el único que codiciaba conquistar a los suyos, los invasores venían con una arma secreta que desafiaba toda biología terrestre, ¿estarían preparados para esa carta?, un regalo dirían ellos, primero las naves volvieron a aducir a sus propios soldados para dejar caer un explosivo que anzuelo en el que todos cayeron en la su trama; pues nadie captó lo verdaderamente peligroso, un parásito fue arrojado y no tardó tanto en mostrar su efecto. Muchos cayeron abatidos y de pronto un silencio reinó el lugar en el momento que las naves se iba alejando de la vista humana, éstos observaban a distancia lo que ocurriría a continuación, lo gracioso es que la dictadura creyó haber intimidado a los invasores como para lanzar un arma de esa magnitud y luego retroceder, un pensamiento iluso.



Desde entonces el ser humano se convirtió en el conejillo de indias de los invasores, empezaron por retirar los cuerpos de inmediato, la noche caía y aún se veían a todos trabajando, la ayuda de los autómatas fue crucial, muchos aún no lograban asimilar el impacto, incluso los científicos que se dedicaron a estudiar los cuerpos con tal de descubrir qué fue aquello que drena la vida de las víctimas, lo que iba ocurrir parecía sacado de una cinta de hace tantos ayeres.

‘’El panorama era desalentador y eso que tuve la fortuna de estar dentro de las instalaciones por lo que no presencié en carne propia lo que ocurrió afuera, pero creeme, estar adentro tampoco es que generase precisamente «alivio». Aún recuerdo el primer cuerpo que trajeron ante mi, mi grupo recibió la orden directa de estudiar el cuerpo y descifrar qué fue exactamente lo que aniquiló sus signos vitales. No lo entendía, te juro que no podía hacerlo. El cuerpo estaba helado, sus pupilas notablemente dilatadas, lo metí en un cuarto con cristales resistentes a bombas, ¿y sabes qué fue lo que pasó?, lo vi, vi aquello de una manera directa e imposible de comprender. Por el equipo puede alcanzar a percatarme que sus pulsaciones volvían a un ritmo acelerado, era inhumano y abrió los ojos, pero ya no era el mismo, su hambre se notó, su hambre a carne humana… Que oportuno haberlo aislado en ese cuarto, de lo contrario ese hubiese sido nuestro último día.’’

Y los muertos volvían a levantarse, la guerra seguía, el enemigo era el propio pueblo, esto si fue una dificultad para una dictadura que no mostró un ápice de empatía y eso que reduce bastante la población, pero no se dice que desasosiego estuviese lejano, del momento el laboratorio era el único lugar seguro y eso debía cambiar de inmediato. Aún batallando contra sus propia raza levantada como muertos vivientes, se vieron obligados a iniciar la mayor edificación de todos los tiempos. Nuevamente los muros fueron cruciales para la sobrevivencia humana, demoraron exactamente 20 años, ¿quién lo diría?, en pleno 2070 retornar al pasado de esta manera, la guerra ayudó a comprender un poco sobre lo que ocurrió, el virus alienígena causó una obligada curiosidad, se estudió, se experimentó pero ocurrió lo que todos temían, las mutaciones parecían inevitables.





No obstante, progresivamente el virus se iba descifrando, un hombre destacó por los años de servicios y por ser de los primeros en estudiarlo. Su nombre Mikael Dahl, llamó la atención de la dictadura quienes vieron a ese hombre como la clave para ganar la contienda, necesitaban de sus conocimientos, necesitaban de sus avances, pues con su mente ayudarían a crear el arma biológica que no solo ayudaría a erradicar a los alienígenas, sino también someter a su propio pueblo. Coronel Häusser siempre veía más allá del cometido principal, librar al planeta de la mira de una raza abstracta para sus conocimientos, además llevaba ya buen tiempo fastidiado por cómo su figura autoritaria se vio amenazada con todos estos sucesos.

Mikael vio esas oscuras intenciones por parte del dictador por lo que tuvo más opción huír, meterse a la boca del lobo al salir de los muros con los avances, no podía dejar que el trabajo de su vida cayera en manos equivocadas, apoyado en su único amigo, vivió una vida cruel, salvaje, una en la que conocería a los habitantes del subsuelo y en quienes encontraría refugio y algo de protección mientras poco a poco más hombres se iban uniendo a él, mientras tanto dentro de los muros, Mikael pasó a ser de los criminales más buscados, incluso su captura valía una inmensa fortuna. Vaya que le costó hacer su base y armar un laboratorio con lo que disponía, bastante modesto para la actualidad, debía agradecer infinitamente a ciertos autómatas que ayudaron a conseguir materiales robandolos directamente de los muros.

Lamentablemente, cuando todo se estaba esclareciendo para el científico, sufriría una traición por parte de quien era su amigo de confianza, de quién descubriría una habilidad única en su clase. En efecto, se trataba de un alien, siempre se trató de uno y por el don de cambiar de forma a voluntad logró engañar a Mikael, quien sabe por cuánto tiempo, pero lo cierto es que tuvo lo que el dictador más deseaba, los avances sobre el virus. Traicionado de una manera tan baja y malherido casi de muerte, no le quedó de otra que desaparecer por un tiempo y volver a empezar de cero, ahora en solitario sin importar que hubieran personas que lo apoyaban, no podía confiar en nadie.

‘’ Y así, volvimos a las sombras.
Ahora más que nunca, la guerra se nos hará eterna.

                                                      —Mikael Dahl.’’